No hay un método único ni infalible a la hora de escribir un guion. Ni una novela.
Cada escritor es un mundo personal y peculiar.
Un taller no puede inculcar dones ni crear genios.
A juntar letras se puede aprender muy rápido. A escribir, puede que nunca.
Si estás en desacuerdo con estas aseveraciones, el mejor consejo que puedo darte es que no sigas leyendo.
Si estás de acuerdo con ellas o al menos te crean expectación, continúa. Quizá llegue a interesarte.
No he puesto esas sentencias como barrera disuasoria -sería necio por mi parte-, sino simplemente para aclarar conceptos, despejar posibles malentendidos y fijar criterios. Los talleres literarios, en general, son útiles. Como ocurre con todo en esta vida, los hay malos, regulares, buenos y excepcionales, pero todo es también bastante subjetivo. Existen profesores magistrales que no alcanzan a comunicar debidamente su enseñanza y hay profesores mediocres que, sin embargo, son capaces de trasmitir muy productivamente su menor bagaje. Del mismo modo, hay alumnos con un tremendo potencial, que no consiguen un rendimiento acorde a sus altas posibilidades debido a una mala actitud y alumnos más limitados que, gracias a un buen trabajo, logran metas importantes.
En líneas generales, un taller te aporta conocimientos -básicos o avanzados- de gramática, sintaxis y ortografía; reglas y/o métodos para aprender o perfeccionar la manera de escribir; recursos estilísticos… Junto a esto, puede añadirse un conocimiento general de literatura (épocas, modas, autores…).
Cada taller, aún siendo lo mismo, es diferente.
En el mío te ofrezco mi experiencia como escritor de novela histórica, como guionista de teatro y sus derivados, de documentales y de videos. Y también, que todo aporta, como director escénico de un grupo de teatro amateur. Lo que voy a pedirte es interés, responsabilidad y disciplina. Ah, e ilusión, mucha ilusión.
Da igual tu edad, tu sexo o tu condición social. Si tu capricho, tu anhelo, tu objetivo, tu pasión o como quieras llamarlo es escribir un guion, no lo dudes: ¡apúntate a un taller! Hay bastantes. Si eliges el mío, estaré encantado de conocerte y de trabajar contigo.
Conmigo o sin mí, te daré dos consejos -cortesía de la casa y sin coste alguno-:
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Nunca dejes de tener una parte autodidacta.
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Por muy bueno/a que seas en esto de escribir, tus herramientas más preciadas deben ser el esfuerzo y la constancia.