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La literatura comienza la desescalada

El confinamiento por la COVID-19 paralizó proyectos que tenían fecha de entrega. En muchos colectivos. En muchas actividades. Entre ellas la literaria. Por fortuna, la maquinaria vuelve a ponerse en marcha, perezosa pero lentamente, y los proyectos aplazados van cobrando forma y algunos incluso se ven culminados. Esto ha sucedido, por ejemplo, con dos novelas que han salido a la calle en los últimos días: Los últimos románticos, de Txani Rodríguez, y Una tumba en Jerusalén, de Javier Abasolo.

Aparte del afecto personal que siento por Javier y por Txani, forjado a lo largo de años de compartir ferias, cenas, entrevistas, presentaciones, etc., el comprobar que el mundo del libro se despereza y resurge constituye una alegría y una feliz noticia. Para ambos la mejor de las suertes con su nueva criatura.

Agatha Christie's Poirot


poirot
La situación que está viviendo el planeta es propia de un libro o de una película de ciencia ficción. Si a principios de año alguien nos hubiera dicho que, a día de hoy, estaríamos encerrados dentro de los límites de nuestra provincia, después de haber estado confinados dos meses en nuestros hogares, le habríamos tildado, cuanto menos, de loco.

La savia nueva de El viaje del emperador

el viaje del emperador cartelPor quinto año consecutivo, El viaje del emperador se subirá al escenario natural del Jardín Botánico de Santa Catalina.

Al pie de las ruinas del imponente monasterio, los actores y actrices darán vida a esta obra teatral que navega entre la realidad y la ficción, pintándonos un hermoso cuadro de aquella época de mediados del siglo XVI.

El Ayalés. Novelas vivas

elayales lorenamartinEste año se cumplen nueve de mi última novela publicada, Eneko de Padura/Eneko Padurakoa.

Muchos años en blanco para un autor que venía escribiendo, y al que se le venía publicando, al ritmo de casi una novela por año.

Enrique Arberas, biólogo

emrique canada portadaCaminar en su compañía por el bosque trae a la memoria uno de aquellos guías indios de las películas de Hollywood, capaces de leer en el vuelo de las aves, en los excrementos de los animales, en la manera de instalarse el musgo en un árbol. Lo que para los demás no es más que el normal acompañamiento coral de un paseo por la montaña, para él constituye un descubrimiento constante en el que todo queda detectado, identificado y anotado: esa mariposa aparentemente idéntica a tantas otras pero que posee una característica especial, el graznido de una chova, una huella semiborrada en el barro, una diminuta flor nacida entre lapiaces… Hablo de Enrique Arberas Mendibil, biólogo de profesión y aventurero de vocación. La persona más humilde, más amante de la naturaleza y más enraizada a la tierra que recuerdo haber conocido en toda mi vida.

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