Lecturas

Brooklyn Follies, de Paul Auster

Paul Auster es uno de esos autores que todo lector/a debería leer al menos una vez en su vida. Brooklyn Follies es una opción inmejorable. En ella encontraremos una historia sencilla que va creciendo como una pompa llena de vida, unos personajes singulares, excéntricos, maniáticos, humanos.

Los Cinco, de Enid Blyton

Enid Blyton (1897-1968) fue una prolífica autora británica, especializada en literatura infantil.

Entre las muchas series que escribió, quiero destacar la de Los Cinco.

Su lectura llenó muchas horas desde mis diez hasta, más o menos, mis quince años. Las aventuras de Julián, Dick, Ana, Jorge/Jorgina y su fiel perro Tim, hacían soñar y vivir con ellos sus fantásticas vivencias.

Los Cinco junto al mar, Los Cinco en el páramo misterioso, Los Cinco van de camping, Los Cinco en peligro... y así hasta veintiún títulos repletos de intriga, humor, diversión y hechizo.

Dejamos aquí el primer capítulo del libro que abrió la serie: Los Cinco y el tesoro de la isla.  

El caballero de Olmedo, de Lope de Vega

Lope de Vega (1562-1635) encontró inspiración para algunas de sus obras en romances, leyendas y canciones populares. El caballero de Olmedo es una de ellas. Al parecer, Lope de Vega se basó en un hecho real, acaecido en 1521, y cuyos ecos aún se mantienen vivos en la tradición oral de Medina y de Olmedo: en noviembre de 1521 Miguel Ruiz, vecino de Olmedo, mató alevosamente a su vecino Juan de Vivero cuando regresaba de los toros de Medina del Campo, en el lugar que desde aquel día se conoce como La cuesta del Caballero.

La dama errante, de Pío Baroja

La dama errante se publicó en 1908. Se trata de la primera entrega de la trilogía La raza. Los otros dos títulos que la completan son La ciudad de la niebla (1909) y El árbol de la ciencia (1911).

La obra que nos ocupa está inspirada en el atentado anarquista perpetrado en la calle Mayor de Madrid contra los reyes de España, el día 31 de mayo 1906. Con ese telón de fondo, Pío Baroja nos relata las vivencias del doctor Aracil y de su hija María, quienes se ven indirectamente implicados en dicho atentado, por lo que deciden abandonar el país. A partir de ahí se inicia el periplo de su huída hacia Portugal.

Navarra o cuando los vascos tenían reyes

Cada comienzo de año, posiblemente debido a ese esfuerzo por buscar motivaciones extra que nos ayuden a realizar -o al menos a intentar realizar- aquello que por nuestra propia voluntad se nos antoja muy complicado, diseñamos una lista de cosas que nos gustaría poner en marcha.

Haca años que no hago esa lista. Y no por falta de propósitos, sino porque la experiencia me ha convencido de que esos ímpetus que nos invaden después de las doce campanadas no son más que fuegos de artificio que ascienden hacia el cielo como estrellas inmortales, plenas de luz y de fuerza, estallan en los más alto en un concierto de explosiones de infinitos colores, para caer después lánguidas y oscuras, derrotadas. Prefiero ir cumpliendo propósitos con los pies en la tierra, confiando más en el trabajo diario y personal que en las efusiones colectivas y puntuales.