Te guste o no te guste, Internet forma parte de nuestra vida.
Si eres un fanático/a de las nuevas tecnologías, permíteme decirte que no hagas de ello el centro de tu existencia. Aunque te parezca mentira, hay vida más allá de tu iPhone, tu PC, tu Mac, tu Tablet, tu… lo que tengas.
Si eres de los que resisten como aquéllos del Álamo en tu empalizada de rechazo a esas nuevas tecnologías, una de dos: o te creas un modo de vida muy muy personal y de creencias formidablemente sólidas y bien interiorizadas o te vas a quedar en fuera de juego en cuanto te descuides.
La clave está en el equilibrio. Como escribió en su momento Catherine Pulsifer: En todos los aspectos de nuestras vidas, el equilibrio es la clave. La moderación es el secreto.
Personalmente, siento un rechazo incurable hacia los automatismos, considero que las nuevas tecnologías nos están invadiendo sin que pongamos la mínima oposición, sin plantearnos la mínima cuestión, es más, las aceptamos como al maná del Sinaí. Sin embargo, soy consciente de que todo progreso bien entendido es bueno y útil. Internet también.
La mejor prueba es la forma en que me presento a ti: por medio de una página web, ésta que estás leyendo en estos mismos momentos. A propósito, ¿te gusta? Si es así y andas en esa fase de valorar hasta qué punto te conviene tener una web personal, te diré que la creación de mi página ha corrido a cargo de Lineweb. Sus profesionales son, además de eso, profesionales, colaboradores cercanos, que saben explicar los tecnicismos con palabras sencillas y que -¡muy importante!- no sólo te crean la web, sino que te enseñan a manejarla para que en el futuro seas tu propio administrador.
No pierdes nada con contactar con ellos. Al contrario, te será muy productivo.
Ah, y si eres escritor, guionista, músico, pintora, actriz, actor, compositor, diseñadora... Sabrás mejor que yo que para darte a conocer y promocionarte, nada mejor hoy en día que una buena página web.